La taberna de Silos. Lorenzo G. Acebedo

Una joya, con algo más de alegría que El nombre de la rosa

Primera mitad del siglo XIII. Un asesino en el Monasterio de Silos y un Gonzalo de Berceo empeñado en encontrar al asesino.

El abad del monasterio de San Millán encarga a uno de sus servidores, Gonzalo de Berceo, la misión de viajar al monasterio de Silos para copiar un manuscrito latino y hacer con él un poema castellano. La secreta intención de la visita es que los dos monasterios aúnen fuerzas contra el papa y sus obispos, que pretenden quedarse con los beneficios de la producción de vino, y contra la pujanza de los nobles castellanos, ávidos también de entrar en el negocio. Sin embargo, en plena fiebre del vino, una sucesión de asesinatos tan cómicos como truculentos complica la situación.

La misión se la van a complicar unos personajes que darán esa alegría al texto, Lope, un peregrino borrachín, Elo, la joven de la taberna del lugar, Fray Bermudo, que no pronuncia las erres (no envidio al traductor, ni por Bermudo, ni por Lope), hay malos, malísimos, hay vino. La historia comienza como no te lo esperas y eso atrae para continuar. Además, nos acerca a la vida ese siglo, con el poder de la Iglesia, los monasterios y sus rencillas, la nobleza… y el autor sabe de ello, y mucho. Todo ello con una prosa exquisita.

Gonzalo G. Acebedo es un seudónimo, y según la reseña editorial, «abandonó en su juventud los estudios teológicos por el retiro monacal y, algún tiempo después, el retiro monacal por una mujer». El propio autor explica que el arranque de este libro «se me ocurrió en la penumbra de mi celda, en un monasterio de clausura que prefiero no nombrar», Así que, sí, sabe de que habla. Hay momentos sublimes, como la descripción del confesor, Fray Antonio, o la “filosofía” de Lope.

Genial